RURUTU. RAIE MANTA CLUB

BALLENAS JOROBADAS: MOMENTOS MÁGICOS CON ENCUENTROS INOLVIDABLES

Todos los años, entre los meses de julio y octubre, las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) llegan a las costas de Rurutu para aparearse y dar a luz las hembras. Se trata de uno de los mayores espectáculos del planeta. En snorkel, podremos maravillarnos viendo sus increíbles acrobacias y nadar junto a estos gigantes de hasta 15 m. a escasa distancia. Sin duda, una de las experiencia más apasionantes e increíbles del mundo marino de la mano de Raie Manta Club Rurutu, pionero en esta actividad en la isla.

Julio - Octubre

12 días - 11 noches

Desde 1 pers.

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Salidas garantizadas desde una persona

  • DÍA 1. Salida desde el aeropuerto internacional de Madrid o Barcelona con compañía aérea a determinar. Noche a bordo.
  • DÍA 2. Llegada al aeropuerto de Tahití Faa’a (PPT). Bienvenida y asistencia en el aeropuerto Traslado a hotel en Papeete. Alojamiento en régimen de desayuno.
  • DÍA 3. A la hora convenida, traslado al aeropuerto de Papeete para tomar vuelo de Air Tahiti con destino Rurutu (RUR). Llegada a Rurutu. Traslado al hotel Le Manotel. Alojamiento en régimen de media pensión o pensión completa.
  • DÍAS 4 a 8. Inmersiones en snorkel durante 5 días (paquete de snorkel de 10 inmersiones) en la isla de Rurutu.
  • DÍA 9. Día libre para descansar o pasear por la isla de Rurutu.
  • DÍA 10. Desayuno y traslado al aeropuerto de Rurutu para tomar vuelo con destino Tahiti. Llegada al aeropuerto de Tahití Faa’a (PPT) y enlace con el vuelo internacional a Madrid o Barcelona (compañía aérea a determinar).
  • DÍA 11. Día de vuelo.
  • DÍA 12. Llegada al aeropuerto de Madrid o de Barcelona. FIN DEL VIAJE.

LA POLINESIA FRANCESA

La Polinesia Francesa (en francés Polynésie Française; en tahitiano Porinetia Farani) es una colectividad de ultramar francesa localizada al sur del océano Pacífico. Está compuesta de varios grupos de islas, siendo Tahití, en las Islas de la Sociedad, la más famosa y poblada de ellas. Papeete, la capital y la localidad más grande, se localiza en esta isla. La Polinesia francesa se compone de cinco archipiélagos que conforman cinco divisiones administrativas. Cada una de ellas ofrece paisajes radicalmente diferentes:

Islas Marquesas. A 1.500 km de Tahití, el archipiélago de las Marquesas (Nuku Hiva, Hiva Oa, etc.), ubicado muy cerca del ecuador, está formado por un grupo de islas altas de tipo volcánico, sin laguna ni gran arrecife coralino. Las Marquesas, llamadas también Te Enua Enana (“Tierra de hombres), ofrecen pocas playas pero, por el contrario, paisajes grandiosos donde los cerdos, cabras, ovejas, caballos salvajes galopan libremente. Los altos acantilados legendarios, los picos volcánicos, los impresionantes vestigios históricos ocultos en la naturaleza salvaje que lo domina todo, las playas increíbles: las Islas Marquesas son sencillamente un lugar increíble.

Islas de la Sociedad. Al oeste, el archipiélago de la Sociedad, comprende las islas de Barlovento (Tahití, la mayor de las islas polinesias, con Papeete como capital administrativa, Moorea, etc.) y las islas de Sotavento (Raiatea, Tahaa, Huahine, Bora-Bora, Maupiti, etc.). Está formado por islas altas rodeadas por un arrecife de coral y una laguna que bordea la costa. Es la región más grande y poblada del territorio.

Archipiélago de las Tuamotu. Ubicado a 300 km al noreste de Tahití, el archipiélago de Tuamotu está compuesto exclusivamente por islas bajas de origen coralino llamadas atolones, vastas franjas circulares de arena cubiertas de cocoteros y delimitando una laguna interior con agua turquesa. Están formadas por 77 atolones que se extienden a lo largo de 1.497 km. Se trata de una región a la altura de su fama. Estas islas, situadas en el extremo del mundo, son literalmente un paraíso terrestre. Las plantaciones de cocoteros cubren los motu, islotes del arrecife coralino que combinan la belleza inmaculada de las lagunas con un mundo submarino excepcional.

Las Islas Gambier. El Archipiélago de Gambier situado en el extremo oriental del territorio, aproximadamente a 1.600 km de Tahití, consta de una inmensa laguna protegida por un arrecife de coral y salpicada por una decena de islas altas, restos de un enorme cráter ahora sumergido. El turismo aún está muy poco desarrollado allí, al igual que en las islas Australes. Este archipiélago es el más remoto y menos poblado de la Polinesia Francesa. Sólo 1.000 habitantes residen en estas cuatro islas montañosas que comparten la misma laguna, Mangareva, Akamaru, Aukena y Taravai, a lo que se suman decenas de islotes, denominados motu.

Islas Australes. El archipiélago de las Australes (Tubuai, Rurutu, etc.), ubicado en el extremo sur como su nombre indica, está conformado por 7 islas altas bordeadas por una laguna y un arrecife. Estos volcanes antiguos con suaves relieves y con clima subtropical son adecuados para la horticultura. Las islas Australes son el lugar de encuentro de las ballenas jorobadas que se congregan allí todos los años de julio a octubre. El clima es más fresco que en Tahití, ofreciendo a estas islas un sistema ecológico propio, que favorece la autosuficiencia y ofrece un encanto mágico y auténtico.

Las islas de la Polinesia Francesa suman un total de 4.167 km² (de los que 3.265 km² corresponden a islas habitadas) y se encuentran esparcidas sobre 2.500.000 km² de océano, una superficie equivalente a Europa. Está compuesta por varios grupos de islas de origen volcánico o coralino, situadas en un área de alta actividad sísmica.

La isla más grande es Tahití. En total, la Polinesia Francesa cuenta con un total de 118 islas de origen volcánico o coralíneo, de las cuales, Tahití, ubicada en las islas de la Sociedad, es la más famosa y la que tiene más habitantes de todas. Papeete, la capital y la localidad más poblada, se localiza en esta isla.

De acuerdo con el censo de 2002, la población total del territorio era de 245.405 habitantes, el 83% de los cuales es de origen polinesio, el 12% caucásico y el 5% asiático. Ese mismo año, el 69% del total de la población de la Polinesia Francesa vivía en la isla de Tahití. El área urbana de Papeete, la ciudad capital, contaba con 127.635 habitantes.

El clima de estas islas es de tipo tropical, soleado y muy agradable ya que está atemperado por los vientos alisios. En realidad, solo existen 2 estaciones: de noviembre a abril cuando el clima es caluroso y húmedo y de mayo a octubre con un clima fresco y seco.

EL EDÉN DE LOS MARES DEL SUR

Una cultura viva, una hospitalidad legendaria, un pueblo alegre, una naturaleza generosa y muy preservada, unos fondos marinos de una riqueza y esplendor sin igual, unas especialidades culinarias y una infraestructura hotelera con algunos de los establecimientos más bellos del mundo hacen de la Polinesia Francesa, el edén de los mares del sur.

EL BUCEO EN POLINESIA

Existen tres principales entornos marinos que se pueden explorar en Polinesia: las lagunas, las laderas oceánicas de los arrecifes y los pasos entre los arrecifes. Excepto en las Marquesas, en las que apenas hay arrecifes, las islas altas como Tahití, Moorea, Huahine y Bora Bora están rodeadas de lagunas que alcanzan una profundidad media de 30 m.

Todos los atolones de las Tuamotu, junto con los atolones de Maupiti y Tetiaroa, forman una gran laguna central encerrada por un arrecife de coral.

Estas lagunas, protegidas de las olas por sus arrecifes, son fácilmente accesibles desde la costa o en pequeñas embarcaciones. Sus aguas son la morada de una gran variedad de esponjas, ostras y conchas, mientras que sus pináculos de coral proporcionan un hábitat natural para especies de peces como el angelote, el pez loro, las castañuelas, el pez mariposa, los peces soldado, los emperadores de nariz larga y el mero.

En estas islas se encuentra un buceo de primer orden. Son famosas sus inmersiones en los canales entre atolones con unas corrientes fuertes, pero que nos ofrecerán encuentros inolvidables: cientos de tiburones grises, puntas blancas, puntas negras, puntas plateadas, nodrizas, mantas…

Las inmersiones de arrecife nos permitirán contemplar paisajes coralinos impecables, con cientos de peces de colores y las especies que tanto le gustan a los fotógrafos: nudibranquios, peces hoja, gobios …

LAS ISLAS AUSTRALES

Descubiertas por los occidentales en el siglo XVIII, las Islas Australes están situadas al sur de Tahití, a 600 km. de la capital. El archipiélago está formado por siete islas, de las cuales cinco están habitadas y sólo cuatro son accesibles en avión. Es una tierra misteriosa y preservada donde la arena blanca contrasta con el azul intenso de las lagunas. Las Australes están fuera de las rutas principales y ofrecen una experiencia única y memorable en la Polinesia Francesa.

Los paisajes son espectaculares, con montañas abruptas, valles y mesetas. Estas islas son conocidas por su actividad agrícola. Numerosos vestigios arqueológicos están presentes en cada isla, prueba de una comunidad preeuropea muy organizada con unas prácticas culturales y religiosas de gran riqueza.

Los acantilados y las cuevas de las Islas Australes son lugares legendarios. Antaño servían de tumbas naturales para los ancianos y en la actualidad desde allí se pueden contemplar los movimientos de las ballenas jorobadas. Presentes parte del año en las aguas frescas de las Australes, las ballenas acuden a dar a luz a estos lugares hospitalarios de julio a octubre de cada año.

Estos paisajes contrastados combinan bien con la gentileza de los habitantes. Los viajeros pueden visitar pueblos pintorescos para descubrir la artesanía de los isleños que viven principalmente de su trabajo. También podemos ver a los pescadores, agricultores y fabricantes de cestas durante su quehacer diario. Es probable que no nos marchemos de estas islas sin un gorro o un cesto trenzado, recuerdo de una mágica estancia en las Islas Australes.

Las Islas Australes ofrecen una rara oportunidad de descubrir la Polinesia bajo una luz diferente.

LA ISLA DE RURUTU

Protegida de la furia del océano por un pequeño arrecife, Rurutu, literalmente «La roca que brota» en polinesio, es la isla más septentrional de las Islas Australes. Se encuentra a 572 km. al suroeste de Tahití. Con una superficie de 32 km², esta isla es única en Polinesia por su estructura geológica.

De hecho, no tiene laguna y está bordeada por acantilados que se hunden en el océano salpicados por una treintena de cuevas de piedra caliza con estalactitas y estalagmitas formadas por la erosión. Se le conoce como la isla troglodita. Las cuevas son uno de los principales atractivos de la isla, siendo las más conocidas las de Anaaeo y Vitaria, siendo la de más difícil acceso la cercana al monte Rairiri.

Hay pocas playas en Rurutu debido a la falta de una laguna. Sin embargo, las pocas playas de arena blanca como las de Naairoa, Avera, Arei son magníficas.

La isla se formó a partir de dos volcanes que crearon un aspecto tan particular de altas montañas rodeadas de acantilados de coral. Esta singularidad de la naturaleza dio nombre a la isla, Rurutu, “La roca que brota”. Las rotas basálticas y un cinturón de piedra caliza crean sorprendentes estalactitas y estalagmitas alrededor de la antigua laguna, en la actualidad un arrecife de coral.

Su clima fresco es propicio para una vegetación exuberante que cubre las rocas de la isla. La carretera sinuosa nos permitirá realizar un circuito poético y grandioso, entre inmensas playas de arena blanca, espléndidas bahías y las diversas plantaciones que perfuman el aire. Café, piña, albahaca salvaje o lichis abundan en estas tierras de gran riqueza.

Rurutu fue descubierta en 1769 por James Cook. En ese momento, la isla tenía probablemente 3.000 habitantes pero las enfermedades, las guerras tribales y las migraciones redujeron su población. En la actualidad, viven principalmente en los tres pueblos de Moerai, Avera y Hauti. El pueblo de Moerai, capital de la localidad, se encuentra en la costa norte de la isla frente al único canal navegable. Allí se encuentra la oficina de correos, la gendarmería, escuelas y una enfermería.

La producción económica de Rurutu consiste en la cestería y, gracias a su tierra fértil, en agricultura intensiva que produce papa, taro, algo de café, vainilla y banano. Las «mamas», señoras sonrientes que trenzan durante todo el día, también sobresalen en la realización de sutiles tocados para la cabeza o grandes tapetes o esteras de «pe’ue», así como en el arte de los «tifafai», mantas acolchadas en colores brillantes y exóticos que requieren mucho dominio y paciencia.

En este entorno preservado, los 2.404 habitantes mantienen sus tradiciones y organizan unos juegos cada año en los que se enfrentan de forma amistosa. En la fiesta del Tere Fa’ati, o vuelta a la isla, participan todos los pueblos de la isla. Los hombres realizan competiciones de fuerza levantando bloques de basalto que llegan a pesar 150 kg.

Se trata de una especie de romería donde la población recorre la isla a pie o a caballo y recuerda leyendas ancestrales.

Hogar de las ballenas jorobadas, Rurutu permite la observación de estos fascinantes mamíferos que vienen, de julio a octubre, a reproducirse en las claras y frescas aguas que rodean la isla. Los amantes del buceo no dejarán de apreciar estos mágicos momentos, simplemente equipados con aletas, máscara y snorkel para contemplar a las madres y sus crías evolucionando bajo el agua y asistir al canto de los machos que vienen a atraer los favores de las hembras: una ópera submarina que la persona privilegiada nunca olvidará …

LAS BALLENAS JOROBADAS EN RURUTU

Cada año en el Polo Sur, cuando llega el invierno, empieza la formación de hielo y el krill antártico (Euphausia superba), pequeñas gambas de las que se alimentan las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae), empieza a ser escaso y las ballenas se preparan para la “gran marcha”. La migración está estimada entre cinco y seis mil kilómetros y el viaje dura alrededor de un mes en busca de aguas más cálidas. Las ballenas jorobadas permanecerán en Rurutu durante tres o cuatro meses (de julio a octubre) en las que las hembras darán a luz y los machos cortejarán y se aparearán con las hembras. En las calmadas aguas de Rurutu las ballenas encontrarán un tranquilo ambiente antes de reanudar su viaje de vuelta a la Antártida.

Reconocidas por su espectacular comportamiento acrobático, estas misteriosas ballenas hacen un largo viaje desde sus aguas heladas de origen. Las crías nacen con muy poca grasa corporal, algo vital para protegerlas del frío de las gélidas aguas de sus zonas de alimentación en invierno.

Durante su estancia en Rurutu, las crías consumen más de 100 litros de leche diarios de su madre. A medida que las crías acumulan reservas y energías, la madre les enseña a nadar y a cómo sobrevivir de las hostilidades del océano. Entre la madre y la cría se forma un increíble vínculo y sus canciones inolvidables se pueden escuchar por todas las islas. Para estas crías, el viaje de regreso a casa será un trayecto de los más peligrosos. Las investigaciones han demostrado que las ballenas jorobadas regresan a los mismos lugares cada año para alimentarse, aparearse y dar a luz. Esto se conoce como fidelidad del lugar.

Las ballenas jorobadas son famosas por sus complejas canciones. Los poderosos sonidos pueden viajar bajo el agua miles de kilómetros. El canto es más común en la época de cría lo cual sugiere que está relacionado con la reproducción. Los sonidos incluyen chillidos agudos y silbidos. También hay gemidos de tono bajo, gruñidos y rugidos. Algunos de los sonidos se emiten en frecuencias tan bajas que los humanos no podemos escucharlos.

Los estudios han demostrado que las canciones de las ballenas jorobadas están muy bien estructuradas. Poseen diferentes partes dispuestas en unidades y frases. Éstas se repiten como temas y los varios temas que componen la canción suelen durar entre 7 y 20 minutos. La canción se repite secuencialmente y este proceso llega a durar horas. Es la misma para todos los miembros de una población determinada. De este modo, todas las ballenas que residen en una misma zona están cantando la misma canción, pero cada una con su propia voz y estilo.

En Rurutu no existe el buceo, sino que la observación de las ballenas se hace en snorkel. Nadar junto a ellas a escasa distancia es una actividad sin duda apasionante e increíble. Las observaciones se hacen desde la embarcación donde en poco tiempo ya podremos ver los saltos y acrobacias de las ballenas. Posteriormente, se bucea con ellas en snorkel cerca de la costa y en unas aguas de gran visibilidad. Esta actividad es accesible a todo el mundo y no se requiere de ninguna experiencia acuática ni condición física particular. Durante estos momentos también se pueden avistar otras especies de cetáceos: cachalotes, ballenas Minke, de Rudolphi, falsas orcas, delfines de Risso, etc.

OBSERVACIÓN DE LAS BALLENAS JOROBADAS EN SNORKEL

Este puede ser el «sitio» más inusual de la Polinesia Francesa. No es un punto de buceo específico, sino un área enorme frente a la costa que es visitada por las ballenas jorobadas de julio a octubre. En lugar de bucear, las observaremos en snorkel.

El snorkel con las ballenas jorobadas se organiza a través de Raie Manta Club Rurutu, una división del acreditado Raie Manta Club en Rangiroa y Tikehau. El divemaster, Eric Leborgne, nuestro guía, nos llevará a través de un recorrido único y excepcional. Tiene muchos años de experiencia y comprende perfectamente los hábitos y el comportamiento de estos mamíferos. La barca suele salir dos veces al día y realiza un viaje de unas tres horas. Es importante señalar que los encuentros con cetáceos no se pueden garantizar siempre; son comunes pero impredecibles. Para maximizar las posibilidades de ver estos mamíferos, se recomienda una estancia de una semana.

Una vez que el divemaster haya localizado a las ballenas, nos pondremos nuestro traje de neopreno, máscara, aletas y snorkel y seguiremos cuidadosamente las instrucciones antes de entrar en el agua. Veremos las ballenas en la superficie, expulsando agua por sus orificios nasales, y podremos observarlas casi completamente cuando impulsan hasta dos tercios de su cuerpo fuera del agua. Bajo el agua, la vista de estos gigantes de hasta 15 m. de largo es indescriptible. Dependiendo de su estado de ánimo, las ballenas hembras pueden acercarse al barco mostrando a sus nuevas crías, que también se pueden ver amamantando. Debemos tener cuidado de no tocar a estos animales ni acosarlos de ninguna manera.

Para los fotógrafos, el sitio es imprescindible pudiéndose obtener imágenes excepcionales, únicas en la vida.

Bungalow doble
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Le Manotel

Condiciones de pago

El 40 % en el momento de hacer la reserva. El resto, hasta 60 días antes de la salida.

Los pagos pueden efectuarse on line, mediante pago seguro, directamente en nuestra agencia o por transferencia.

Incluye

  • 8 días / 7 noches en el hotel Le Manotel en régimen de media pensión o pensión completa.
  • Asistencias en todos los aeropuertos.
  • Traslados de aeropuerto a hotel Le Manotel.
  • 10 inmersiones en snorkel en barca y guiadas en la isla de Rurutu con ballenas jorobadas con Raie Manta Club Rurutu.
  • Tasas de Polinesia: 5% de IVA, 5% de impuesto turístico y 4% de impuesto de servicio.
  • Seguro de viaje.
  • Seguro de actividades acuáticas.

No Incluye

  • Vuelos aéreos Madrid o Barcelona / Tahití Faa’a (ida y vuelta).
  • Vuelo doméstico Tahití Faa’a – Rurutu (ida y vuelta).
  • Tasas aéreas.
  • 1 noche de alojamiento en Tahití en régimen de desayuno.
  • Impuesto municipal (entre 0,50 € y 1,66 € / persona / noche, a pagar directamente en hotel).
  • Excursiones opcionales y otras actividades.
  • Gastos personales.
  • Visado ESTA de entrada a Estados Unidos (en caso de volar por ese país).
  • Propinas.

Le Manotel

OBSERVACIONES A TENER EN CUENTA

**En todos nuestros precios indicamos el coste de las tasas y carburantes que, en el momento de hacer las tarifas, nos comunican las compañas aéreas.

**El itinerario está sujeto a alteraciones dependiendo de los cambios que puedan realizar las aerolíneas en sus horarios y días de alteración de vuelos.

REQUISITOS PARA VIAJAR Y BUCEAR EN LA POLINESIA FRANCESA

No se exige ningún tipo de vacuna obligatoria para viajar a Polinesia Francesa.
Los ciudadanos españoles no necesitan obtener visado para viajar a Polinesia Francesa.
Se requiere pasaporte en vigor, con una validez mínima de 6 meses.
Carnet o titulación de cualquier organización reconocida internacionalmente (PADI, ACUC, SSI, FEDAS/CMAS, NAUI).
Carnet o titulación de especialidades (sobre todo, Nitrox).
Es recomendable llevar el Logbook o cuaderno de buceo en el que figuren al número de inmersiones realizadas y la fecha de última inmersión.

Julio – Octubre

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